¿Por qué ya nadie quiere ser sede de los Juegos Olímpicos?
1 ago 2024
Por Guillermo Mejía
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Si lees este artículo podrás responder las siguientes preguntas:
¿Cómo fue el proceso de elección de Paris 2024?
¿Cómo ha cambiado el interés en estos últimos procesos de elección?
¿Cuáles son las razones por las que en los últimos procesos varias candidatas se han retirado?
Ahora si…
Hace no muchos años los procesos de elección de una sede olímpica incluían a varias ciudades de alto prestigio luchando contra diversas ciudades de países que buscaban mejorar su estatus en el escenario internacional. Sin embargo, recientemente esto ha cambiado y ahora cada vez es más común ver al COI anunciar sedes que fueron candidatas únicas.
¿A qué se debe este cambio?
En 2015, París anunció oficialmente su candidatura para albergar los Juegos Olímpicos de 2024, tras haber perdido frente a Londres para 2012 y fracasado en sus intentos de hacerse con las ediciones de 1992 y 2008.
Y el 13 de septiembre de 2017, en un hecho sin precedentes, el COI otorgó la sede de los siguientes dos JJOO de verano disponibles a las únicas candidatas: 2024 sería para París y 2028 para Los Angeles.
Pero, ¿por qué el COI tomó esta inusual decisión?
El COI solía adjudicar los Juegos con siete años de antelación. Sin embargo, debido a que muchas ciudades se han retirado por los elevados costes, el COI ha eliminado el antiguo sistema de candidaturas.
¿Qué ha cambiado para que el número de ciudades candidatas se reduzca?
En el menor interés por albergar los Juegos ha influido en gran medida la opinión pública negativa. El coste de los Juegos Olímpicos de 2004, por ejemplo, fue considerado por muchos el detonante de la crisis financiera griega.
Esta realidad se hizo patente cuando tres de los cinco candidatos originales para 2024 -Roma, Hamburgo y Budapest - abandonaron la candidatura, y el Comité Olímpico de Estados Unidos tuvo que retirar su candidatura inicial, Boston, por falta de apoyo público.
Los países anfitriones sufren aumento de la presión fiscal, elevados costos de construcción y onerosos gastos de mantenimiento de las instalaciones tras los Juegos. La infravaloración de los costes y el exceso de promesas de beneficios hace que las ciudades anfitrionas rara vez alcancen el break even.
Pero no es lo único.
También deben tenerse en cuenta los llamados costes implícitos de los Juegos. Estos incluyen los costes de oportunidad del gasto público que podría haberse destinado a otras prioridades.
El servicio de la deuda que queda después de organizar los Juegos puede lastrar los presupuestos públicos durante décadas. Sin duda, uno de los mejores ejemplos es el de Montreal que tardó hasta 2006 en saldar la última deuda de los Juegos de 1976.
Así que, ¿son realmente los Juegos Olímpicos un buen negocio para las ciudades anfitrionas?
La evidencia sugiere un rotundo no. Las ciudades anfitrionas casi siempre disparan su presupuesto para los Juegos, teniendo que hacer grandes inversiones en instalaciones deportivas específicas, así como en alojamiento y transporte para la afluencia de atletas y turistas.
Y si no, pregúntale al billion dollar Río Sena.
Cambios del COI
Desde una reforma en 2019 en el proceso de candidatura olímpica, el COI cambió su filosofía para que “los anfitriones no tengan que adaptarse a los Juegos; los Juegos deben adaptarse a los anfitriones”.
Estas recomendaciones del COI incluyen:
Reducir el gasto en construcción con el uso de instalaciones deportivas ya existentes
Aumentar las auditorías externas y otras medidas de transparencia
Priorizar la sustentabilidad y el legado por encima de la fastuosidad de eventos anteriores
Se pedirá a las ciudades que se planteen entrar en la carrera por futuras ediciones de los JJ.OO. que celebren un referéndum, si así se requiere, antes de que puedan ser consideradas candidatas.
En 2021, y con el contexto mundial post pandemia y el fracaso que significó Tokyo 2020, Brisbane obtuvo el derecho a albergar los Juegos de 2032, siendo así la primera ciudad en someterse a este nuevo proceso.
Pero, ¿será esto suficiente para revertir la tendencia?
No te pierdas la edición de la próxima semana en la que profundizaremos en estos cambios que ha hecho el COI para preservar el futuro y el legado de los Juegos Olímpicos.
Los Insights de Playbook
El potencial beneficio de albergar un evento de tal calibre, es directamente proporcional al posible daño, y así lo ha sido siempre. Quizás, lo que faltaba antes era el acceso a la información que se tiene hoy.
¿Qué extraemos de este caso?
La historia nos ha mostrado que el interés y desinterés en ser sede de los JJ.OO. está condicionado por el contexto geopolítico, económico y social. El proceso para los Juegos de 2036 será clave para comprobar o rechazar las tendencias recientes.
Los JJ.OO. son catalizadores, es por eso que se tiene que pensar bien los beneficios a los que se aspira, pero también en los potenciales riesgos de una mala organización de los mismos.
Los habitantes de muchas ciudades y países ya no están dispuestos a firmar cheques en blanco para presentar una candidatura a los Juegos Olímpicos.
El retiro de diversas ciudades candidatas en los últimos años ha llevado al COI a replantear su proceso de selección, muchos países han tomado con más calma la decisión de ser parte en una candidatura olímpica debido al impacto político y económico que esto puede ocasionar en el corto y mediano plazo.