Esta es la solución del COI para salvar los Juegos Olímpicos
8 ago 2024
Por Guillermo Mejía
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Si lees este artículo podrás responder las siguientes preguntas:
¿Cómo se van a transformar las exigencias del COI a las ciudades candidatas?
¿Qué motivó al COI a modificar el proceso de selección de sede olímpica?
¿Cómo pretende el COI mantener el atractivo de ser sede?
Ahora si…
“Los Juegos tienen que adaptarse a la ciudad, no es la ciudad la que tiene que adaptarse a los Juegos” Esta frase de Christophe Dubi, director ejecutivo de los Juegos Olímpicos, resume la seriedad con la que el COI enfrentó la amenaza que implicaba perder el interés total de las ciudades para ser sede de los JJOO.
Así que Christophe ha decidido tomar cartas en el asunto y realizar ciertas modificaciones con las que pretende mantenerse como un producto atractivo para aquellos que quieran albergar unos JJOO.
Las altas exigencias del COI a los candidatos
Y es que el peso de esa frase radica en que en los ciclos olímpicos previos al 2014 el COI parecía solicitar a cada una de las candidaturas que presentaran proyectos con presupuestos desorbitados para poder adecuarse a las exigencias que requerían unos JJOO. Es decir, las ciudades (y en particular sus ciudadanos) se tenían que adaptar a las demandas del COI si querían vivir la magia olímpica.
Era, prácticamente, una competencia por demostrar quién podía gastar más recursos en el producto estrella del COI.
¿Cómo era antes?
En el proceso anterior las ciudades invertían millones de dólares en evaluar, preparar y presentar una candidatura al COI. El coste de la planificación, la contratación de consultores, la organización de eventos y los viajes necesarios oscilaba entre $50 y $100 millones de dólares. Tokio gastó 150 millones de dólares en su fallida candidatura de 2016, y aproximadamente la mitad para su exitosa candidatura de 2020, mientras que Toronto decidió que no estaba dispuesta a pagar los $60 millones de dólares que habría necesitado para una candidatura en 2024.
Como repasamos la semana pasada, este proceso costoso y complejo, sumado al negativo impacto político y económico para el país organizador generó que el número de ciudades candidatas a ser sede se redujera considerablemente.
Al percatarse de que el modelo anterior estaba por esfumarse, el COI hizo modificaciones en los requerimientos solicitados. Es así como cambió el proceso de selección en el marco de la Agenda 2020+5, una serie de reformas aprobadas por primera vez en 2014. Con estos ajustes, se creó un proceso de presentación de candidaturas menos mediático para las posibles sedes.
El proceso se reformó para hacer frente a los retos del pasado:
Elevados gastos de las ciudades candidatas
Riesgos para la reputación del Movimiento Olímpico y los países sede
Y ha enfatizado un nuevo enfoque:
Flexibilidad y contextualización, recordando la frase: "Los Juegos se adaptan a la ciudad, la ciudad no se adapta a los Juegos".
La sostenibilidad y el legado en el centro de todos los proyectos
En 2021, Brisbane obtuvo el derecho a albergar los Juegos de 2032 tras haber sido la primera ciudad en someterse a este nuevo proceso.
Y de momento, ¿ha existido un verdadero cambio?
El presupuesto de Brisbane 2032 supone un ahorro del 80% en comparación con el gasto medio de las ciudades candidatas para 2020, 2024 y 2028.
Para París 2024 el 95% de las sedes ya existían y Los Ángeles 2028 cuenta de antemano con el 97% de las sedes.
Ante estas modificaciones el mismo Christophe Dubi asegura categóricamente:
"Este mercado ha dado ahora un giro de 180 grados. Podemos adjudicar los Juegos hasta 2042 fácilmente".
Pero, ¿en verdad son estos cambios suficientes para asegurar la sustentabilidad de los Juegos?
Algunos consideran que estos cambios no son suficientes. Para garantizar la verdadera viabilidad a largo plazo de los Juegos Olímpicos, varios expertos sugieren que se podría llegar a designar una sola ciudad o rotar entre pocas ciudades para que sirvan como anfitrionas permanentes de los Juegos Olímpicos.
Esta decisión se tomaría ya que la ciudad (o ciudades) seleccionada ya cuenta con una avanzada infraestructura deportiva, hotelera, de transporte y de comunicaciones. Esto reduciría los riesgos de gastos elevados que se han presentado en las últimas ediciones de los Juegos, además de garantizar que las instalaciones deportivas tengan una vida útil que va más allá de un evento de apenas tres semanas.
Los Juegos Olímpicos están por cambiar para siempre.
Los Insights de Playbook
Muchas décadas duró un modelo que probó una y mil veces que no es sostenible pero nunca, como ahora, había habido tal facilidad para que la opinión pública se convirtiera en un jugador clave (y muy fuerte).
¿Qué extraemos del caso?
No es un secreto que los JJOO representan un negocio bastante lucrativo para el COI, por lo tanto, tenía que afrontar con total seriedad la nueva realidad de que cada vez menos ciudades se interesan en ser sede y es necesario permanecer en la esfera de interés de estos países.
Parece que existe un “buyer power” siendo los anfitriones quienes resultan clave en el negocio, obligando al COI a adaptar los Juegos a las ciudades, y no al revés, reduciendo así las demandas y gastos excesivos.
Estos cambios podrían generar que, al menos, en un futuro cercano albergar los JJOO sea algo exclusivo para los países más desarrollados, rompiendo con la tendencia que se vio al inicio de este siglo. La decisión de la sede de los JJOO del 2036 despegará todas las dudas al respecto.